JuanRuales

Hace algunos años, si alguien hablaba de mi, creo que en algún momento diría, ah Juan... ¡es tan gracioso!, siempre con algún comentario o un chiste en el momento. Los más hippies probablemente dirían algo como: Que buena energía la que tiene, siempre tan positivo, aunque nunca me haya considerado a mi mismo como una persona positiva . Pero ahora creo que cada vez menos hacen esos comentarios, si es que alguien los hizo alguna vez. Tal vez digan otras cosas; cosas buenas espero, pero ya no creo que piensen que soy gracioso. Y es que yo tampoco siento que lo sea más. Cada día siento menos ganas

Llovía. Estaba oscuro y ya empezaba a sentir el frío en sus huesos. Serían las siete u ocho de la noche, pero cómo iba él a saberlo si ni siquiera entendía bien lo que era un reloj.   Había comido bien ese día. La tipa gorda del restaurante le había dado casi una olla entera de la sopa que sobró esa tarde, y como nadie más llegó a pedir, fue toda para él. No podía contener su emoción, y en su afán al comer, por poco se atraganta con los huesos de pollo que flotaban junto a la papa, la yuca y la arracacha de esa pintoresca aguamasa. Pero ya habían pasado mucha

PARA ALGUIEN QUE AMÉ De pronto, en medio del olor a marihuana, tabaco y sudor, mientras pateaba metachos y ellos enérgicamente me devolvían el gesto, pensé en ella, la calma que siento cada vez que hablamos y aquel glorioso sonido que producen sus palabras. Entonces por un momento, entre puño, patada y chancleta, todo, todo estuvo bien.